viernes, 16 de octubre de 2009

Un día vinieron por mi...

Cuando los nazis vinieron por los comunistas
me quedé callado;
yo no era comunista.
.
Cuando encerraron a los socialdemócratas
permanecí en silencio;
yo no era socialdemócrata.
.
Cuando llegaron por los sindicalistas
no dije nada;
yo no era sindicalista.
.
Cuando vinieron por los judíos
No pronuncié palabra;
yo no era judío.
.
Cuando vinieron por mí
no quedaba nadie para decir algo.
.
Bertolt Brecht
1898-1956
Poeta, director teatral y dramatúrgo

5 comentarios:

A Flor de Piel dijo...

Así es mi querida Haideé:

Cuando vengan por los que no se pronuncian; no habrá nadie para defenderles, lo importante es luchar por algo mejor.

No por la útopia, sino por la realidad.

Recibe un besazo.

Haideé Mata dijo...

A Flor de Piel:

Con gusto recibo ese besazo tuyo.

Así ví al sindicato de la Secretaría de Salud; no se pronunciaron en apoyo a los compañeros de Luz y Fuerza, cuando vengan por ellos no habrá quien luche al lado de ellos.

Y como ese hay muchos ejemplos.

Haideé Mata dijo...

Mi querido "alguien":

Anduve checando y sí, parece que entre Bertolt Brecht y Martin Niemoeller se discute la paternidad del escrito en cuestión; me parece acertado tu comentario, ya que me hizo indagar más al respecto.

Motivaste mi curiosidad y eso te lo agradezco, seguiré investigando a ver de quien de los 2 pertenece dicho pensamiento.

Maria dijo...

Estaba por tomarse una decisión importante, cerrábamos toda la secretaria o esperábamos más tiempo, opiniones venían opiniones iban, yo como siempre una collona de primera, dije : porque no nos tomamos una semana para tomar una decisión, vamos a pensarlo mejor. Por votación se tomó la decisión de cerrar la ciudad judicial. Obvio, yo vote por que no. El acuerdo era que al día siguiente a las 8 de la mañana cada brigada que se había formado previamente iba estar en una puerta pues la entrada era a las nueve de la mañana.
Esa noche no pude dormir, pensando mil cosas, cerrar una ciudad administrativa con 10 secretarias adentro, no era cualquier cosa.
Me la pase toda la noche, voy, no voy, voy no voy, bola de revoltosos nos van a dar hasta por… pues por ahí.

Me levante temprano, me bañe, me puse mis tenis, por si había que correr,
Llegue a la puerta que me habían asignado a mí y a mi grupo, pero al llegar no me uní al grupo, pues vi que estaban paradas en la puerta mis compañeras y los que querían entrar estaban a punto de irse contra ellas, y yo ahí parada entre la multitud solo viéndolas de lejos, ellas pidiendo por el altavoz que los demás secretarias se unieran a nuestra lucha, nadie se unía, solo las mirábamos de lejos. Y recordé este escrito que una compañera me lo había enviado hace mucho por correo.
Lo único que pensé fue: Dios mío, cuida a mis hijos si algo me pasa.
Y empecé a caminar hacia la puerta. Junto a mis compañeras.
Fue un día que jamás olvidare. Llegaban camionetas con policías se paraban frente a nosotras y todos y todas nos parrábamos de donde estábamos sentados. Llego una camioneta negra se bajaron, orinaron frente a nosotros, un compañero grito. Tranquilos, tranquilos es provocación.
1 de la mañana salieron los delegados de las negociaciones….Ganamos.

Creo que yo gane mucho mas, que el cielo se mira mucho mas hermoso desde las alturas como las águilas, que desde abajo de la tierra como los avestruces.

Haideé Mata dijo...

Wow María.

Emotivo e ilustrativo momento.

Felicidades por tener el coraje y el valor de unirteles a las compañeras, sólo la unión de todas y todas hará la diferencia.

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