Antonia Nava es un personaje de la independencia de México. Se supone que nació en el actual estado de Guerrero, en el sur de México, en el año de 1780; y que debió morir en 1822, sin conocerse a ciencia cierta el sitio de su fallecimiento ni la causa.
Nava fue esposa del militar insurgente Nicolás Catalán, que participó en la guerra junto a José María Morelos y Pavón hasta su muerte. Al lado de Catalán siempre fue su esposa, razón por la cual su tropa la conocía como La Generala. Durante el sitio de Jaleaca, los insurgentes estaban desabastecidos de provisiones, razón por la cual Nicolás Bravo ordenó el sacrificio de algunos soldados con el propósito de ahorrar provisiones. Correspondió a Catalán la ejecución de la orden. Antes de que su esposo ejecutara a ningún soldado, Nava y Catalina González se propusieron para ser fusiladas, razón por la cual la dirigencia insurgente se desistió de la orden.
Catalán fue muerto en Jaleaca. Antonia Nava fue llevada ante José María Morelos por la tropa. Aunque el Generalísimo insurgente quiso consolarla, Nava se negó y dijo que no estaba ahí para llorar, sino para entregar a sus hijos como soldados.
El nombre de Antonia Nava está inscrito con letras de oro en el Palacio Legislativo de San Lázaro, sede del Congreso de la Unión de México.
Fuente: Wikipedia.com
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