viernes, 11 de abril de 2008

Relato anónimo


Me acerqué a la ventana de mi cuarto, que llega desde el techo hasta el piso, y abrí las cortinas. Entonces vi que en el patio de la casa de enfrente había gente y me inquieté mucho pensando en que me pudiesen ver. Me acerque una silla y me senté. Empecé a tocar mis pechos con suavidad y a pellizcar mis pezones, cada vez estaba más excitada, hasta que me toque el pubis que ya largaba los primeros jugos.

Cuando de repente entró mi mejor amiga en la habitación. Al verme yo me sentí muy avergonzada y no dije nada, ella sólo sonrió y me dijo que no me preocupara porque ella también lo había hecho muchas veces, y me propuso que siguiera. Yo no quería seguir porque me daba vergüenza.

El hecho de que ella me estuviese mirando me excitaba mucho, así que seguí masturbándome.
Me tocaba el sexo por encima del pantalón con los ojos cerrados. De repente, me dijo que me sacase la blusa y el pantalón. Y cuando la miré, ella tenía una mano por debajo de su mini. Yo me negué a hacer eso, y le pregunté qué estaba haciendo. Ella se acercó a mí y me dijo que yo era muy guapa y me tocó mis pechos, yo no reaccione, estaba paralizada.

Con la otra mano me toco el sexo mojado y, sin poder evitarlo, emití un gemido de placer, me gustó mucho lo que había hecho. Entonces reaccioné, le dije que para mi era como una hermana y le pedí que parase, aunque en el fondo me encantaba. No me hizo caso y, en un solo movimiento, me bajo los pantalones hasta el suelo. Mi vulva estaba hinchada y mojada como nunca, el placer me estaba haciendo perder el control. Me sacó el pantalón y me dijo que abriera las piernas, yo lo hice, quería saber lo que me iba a hacer, estaba muy excitada. Se arrodilló y empezó a tocar los pocos pelos que tengo, pues me depilo cada dos días.

De pronto, sentí su lengua en mis muslos y otro gemido se me escapo. Ella gozaba con mis gemidos y me pasó la lengua por el clítoris con mucha suavidad. Ella era mi mejor amiga y, a pesar de eso, me encantaba lo que hacía. Se desnudó y no pude evitar tocar sus pechos, eran hermosos. Después nos acostamos y ella empezó a chupar los míos bajando hasta mi monte de Venus. Me metió un dedo e hizo que me pusiese muy cachonda. Me chupó el sexo hasta que tuve un orgasmo. Le chupe el coño a mi mejor amiga y sentí ese gusto tan hermoso de su jugo, y la hice acabar también.

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