martes, 29 de junio de 2010

A la Suprema Corte de Justicia de la Nación

Por Lolkin Castañeda

A la Opinión Pública

Firma aquí:



A la Suprema Corte de Justicia de la Nación

El pasado 24 de junio la Suprema Corte de Justicia de la Nación hizo público el proyecto de respuesta a la acción de inconstitucionalida d 2/2010, promovida por el Procurador General de la República en contra de las reformas aprobadas por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para garantizar el acceso al matrimonio a parejas del mismo sexo. En dicho proyecto, a cargo del Ministro Sergio Valls Hernández, se propone resolver como infundada la acción promovida por la PGR.

Quienes sucribimos el presente pronunciamiento consideramos que el proyecto propuesto por el Ministro Valls es constitucionalmente congruente y, por tanto, garante de los derechos humanos con base en, por lo menos, los siguientes puntos:

1. El derecho a la igualdad se afianza como un criterio fundamental de la actividad estatal. Se convierte en la regla general y no en la excepción: las autoridades, en su regulación de la vida social, deberán garantizar que todos los y las mexicanas tengan acceso a las prerrogativas establecidas en la Constitución. Así, extender el matrimonio a parejas del mismo sexo tiene como base erradicar un trato desigualitario e injustificado, y proteger, finalmente, a un grupo de personas que cuentan con el derecho para ello.

2. La dignidad humana se consolida como la base de los derechos fundamentales. No queda duda de que el principio último que debe orientar todo el actuar estatal es el respeto básico a la dignidad de las personas. De que, con independencia del sexo, el género, la orientación sexual, la raza, la etnia o las creencias, las personas merecen, por el solo hecho de ser tales, un trato digno. Así, extender el matrimonio a parejas del mismo sexo no es más que reconocer su dignidad básica como personas.

3. El derecho a la identidad se fortalece como prerrogativa básica de los y las mexicanas. Con este proyecto, la posibilidad de ser quién uno es, tanto en privado, como en público, se materializa. La identidad –que abarca la sexual– se convierte en un ámbito protegido, sobre el cual sólo las personas mismas tienen el control. La extensión del matrimonio a las parejas del mismo sexo no hace más que garantizar que todas las personas puedan ser quiénes son, ya no sólo en su esfera íntima, sino en la familiar, la social y la política.

4. La autonomía de las personas se reafirma como el eje central que debe guiar la actividad de las autoridades. El Estado no sólo está obligado a permitir que los individuos desarrollen y desplieguen su personalidad libremente, sino que debe garantizarlo. De aprobarse este proyecto, el deber estatal de poner a disposición de las personas los medios para poder vivir su vida de la forma en la que ellas eligen es incuestionable. Así, extender el matrimonio a las parejas del mismo sexo es ofrecerles una vía para desplegar sus afectos y proyectar sus aspiraciones.

5. El pluralismo se convierte en un valor innegable a tutelar por el Estado mexicano. El respeto y la protección de la diferencia como base de un país democrático. Con ello, el matrimonio deja de ser una imposición y se convierte en una elección. Cada uno de nosotros y nosotras puede elegir cómo vincularse afectivamente y con quién. Y, de aprobarse este proyecto, el Estado estaría obligado no sólo a respetar, sino a proteger esa unión.

En razón de lo anterior y en el ánimo de avanzar en la construcción de un Estado verdaderamente democrático e incluyente, manifestamos nuestro respaldo al proyecto del Ministro Valls y confiamos en que el mismo será aprobado tras la discusión de que en próximos días será objeto.

Sociedad Unida por el Derecho al Matrimonio Entre Personas del Mismo Sexo.

miércoles, 23 de junio de 2010

Matrimonios Colectivos de la comunidad LGTTTBI

Por Lol Kin Castañeda Badillo

 
Hola a todas y todos

Este domingo 27 de junio, en el marco de la XXXII Marcha del Orgullo LGBT y con la exigencia de que nuestros derechos sean reconocidos en igualdad y equidad en toda la República Mexicana, realizaremos un matrimonio colectivo en las oficinas centrales del Registro Civil, el cual estará exento de pago. Tenemos confirmadas parejas que vienen de Monterrey, Campeche, Puebla, Morelos, Coahuila, Jalisco, y del DF para ejercer su derecho y es una acción contundente para avanzar con la discusión y las legislaciones Estatales.

Les pedimos que quienes estén interesadas e interesados en ejercer su derecho al matrimonio, envíen los formatos de solicitud, régimen patrimonial (2) -formatos y la información en http://www.sociedad unida.org/ o en http://www.rcivil. df.gob.mx/tramites_RC_ JCentral. html ,

y las copias de identificació n oficial por ambos lados y actas de nacimiento certificadas a más tardar el viernes 25 de junio a

Norte 84 4545-A, Colonia Nueva Tenochtitlán, Delegación G.A.M., cp. 07890, México DF

Sabemos que hay mucho interés y dudas de los Estados y les decimos con toda claridad que quienes se casen en el DF, tendrán validez en sus Estados y que en caso de que quieran venir a casarse de manera individual, pueden dar como comprobante de domicilio de DF, un recibo prestado de alguien a donde lleguen o incluso la factura del hotel en donde se hospeden.

El compromiso es que estaremos regresando colectivamente a los Estados para avanzar por nuestros derechos, este no es un tema del DF, es un tema de derechos que cruzan todas las realidades de la República Mexicana. Les pedimos que quienes ya se hayan casado o estén en planes y cuenten con IMSS o ISSSTE que nos pongamos de acuerdo para continuar haciendo los registros de nuestras parejas de manera organzizada y garantizar que reconozcan ese derecho. Seguimos trabajando.

Dudas y comentarios a los correos electrónicos
derecho.al.matrimonio.df@gmail.com 

Favor de difundir ampliamente.

martes, 22 de junio de 2010

ORGANISMO DE LOS DERECHOS HUMANOS

NUEVO DOMICILIO APARTIR DEL MES DE JULIO

CALLE CUITLAHUAC NO. 90,
COL. SAN JAVIER,
TLALNEPANTLA, ESTADO DE MEXICO
TEL: 55-65-16-25 Ò 01-800-837-03-90

E-MAIL:
derechoshumanosodh@hotmail.com
dmailto:derechoshumanos_marisol@hotmail.com

Pagina Web:

http://odhuavvi.sitiosprodigy.mx/

ATENTAMENTE



ABELINO MONTERO VARGAS

ORGANISMO DE DERECHO HUMANOS
UNIDAD DE ATENCION A VICTIMAS DE VIOLENCIA I.
calle ixtapan del oro No. 23-A, col. la romana
tlalnepantla, Estado de Mexico, c.p. 54030
tel: 55-65-16-25 /
LINEA PRO AYUDA: 01 800 837 03 90
web: http://odhuavvi.sitiosprodigy.mx/

4° Gran Remate de Libros en el Auditorio Nacional




Gran Remate de Libros
de la Secretaría de Cultura

Del martes 22 de junio al  lunes 28 de junio, 2010

10:00 hrs



Descripción

Libros desde 5 pesos y descuentos hasta del 70%, más de 150 sellos editoriales, 800 mil visitantes y mucho más en el 4to. Gran Remate de Libros

Costo: Entrada Libre

Lugar: Auditorio Nacional.

Calle: Paseo de la Reforma # 50-Bosque de Chapultepec

Deleg.: Miguel Hidalgo

lunes, 21 de junio de 2010

Las autoridades se quisieron apropiar de la ceremonia póstuma a Carlos Monsiváis

El mariachi interpretó piezas como El andariego, El rey, Hermoso cariño y Amor perdido
Foto Roberto García Ortiz

FABIOLA PALAPA Y MÓNICA MATEOS-VEGA
Periódico La Jornada
Lunes 21 de junio de 2010, p. 3

Minutos antes de que llegara el féretro con los restos de Carlos Monsiváis al Palacio de Bellas Artes, la actriz Jesusa Rodríguez coincidió en la explanada del recinto con el titular de la Secretaría de Educación Pública, Alonso Lujambio, quien recibiría al cortejo fúnebre, y le dijo: “No tiene nada que hacer aquí, por respeto a Monsiváis. ¿Por qué se atreve a hacerlo?”

Lujambio contestó: “Por respeto a Monsiváis se tiene que ser tolerante”. Ella increpó nuevamente al funcionario para que se retirara de la ceremonia. Lujambio se defendió argumentando que había sido amigo del autor de Los rituales del caos y que en varias ocasiones había conversado con el escritor.

La creadora escénica no desistió y le sugirió que de verdad leyera todo lo que Monsiváis había escrito sobre él, sobre la educación laica, sobre el gobierno panista y concluyó: “el representante de Elba Esther Gordillo no tiene nada que hacer aquí”.

En ese momento llegó el ataúd. El funcionario apresuró el paso para acompañarlo, seguido por Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA). Ya en el vestíbulo del palacio cubrieron el féretro con la bandera de México. Pero el periodista Jenaro Villamil se acercó, retiró el lábaro patrio y colocó un estandarte arcoiris, ante las muecas de molestia de Sáizar quien, sin embargo, no se atrevió a detenerlo.

Una bandera de la Universidad Nacional Autónoma de México también hizo su aparición, y así los tres emblemas arroparon la sencilla caja en la que permaneció el cuerpo de Monsiváis durante tres horas.

Los primeros en ganar turno en la guardia de honor fueron la titular del CNCA; Teresa Vicencio, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes; Joaquín Diez Canedo, quien encabeza el Fondo de Cultura Económica; Omar García, compañero de Monsiváis, y el secretario de Educación Pública.

En ese momento se escuchó en un par de ocasiones “¡fuera Lujambio!”, de voz de Jesusa Rodríguez. El silencio se tornó tenso. Aún no se permitía el acceso al público; sólo estaban los funcionarios culturales, la familia del cronista y algunos intelectuales, quienes optaron por permanecer callados ante los reclamos de la actriz. Ni la vieron ni la oyeron.

Lujambio concluyó su guardia. Luego se dio la orden de dejar entrar a las personas y el funcionario se retiró antes de que comenzara el tumulto.

Jesusa consideró que el homenaje en el Palacio de Bellas Artes a Monsiváis fue “una completa desorganización de gentuza aprovechada”, lo cual fue más evidente al finalizar la ceremonia cuando, al salir del Palacio de Bellas Artes, cientos de personas rodearon la carroza fúnebre con los restos del escritor.

El vehículo, que logró subirse la escritora Elena Poniatowska, avanzó primero lentamente por la explanada para salir al eje Central Lázaro Cárdenas y posteriormente dirigirse al Zócalo.

Marta Lamas, Jesusa Rodríguez y la propia Consuelo Sáizar, así como cientos de personas que ovacionaban a Monsiváis, iban tras el auto. Sin embargo, al dar vuelta el vehículo en el Eje Central, aceleró, casi derrapando, custodiado por motociclistas de tránsito y de algunas televisoras, y dejó a la comitiva en medio de la calle.

El incidente irritó a todos los que deseaban acompañar la carroza fúnebre hasta el Zócalo. Jesusa de inmediato encaró a Consuelo Sáizar, quien argumentó: “pues ahorita están dando la vuelta (al Zócalo), ya no supimos tampoco dónde quedó la familia”.

Rodríguez le espetó: “hay mucho desconcierto, habría de informarle a la gente para que se vaya al Zócalo”.

Nerviosa, Sáizar dijo: “pero no sé si lo vamos a alcanzar, eso es lo que yo también estoy tratando de averiguar, pero sí van a dar una vuelta al Zócalo”.

Muchos se fueron caminando rumbo a la Plaza de la Constitución, pero a medio camino la carroza, a toda velocidad, ya venía de regreso. En el interior se pudo ver a Poniatowska, quien hacía señas de desconcierto.

En una charla posterior, Rodríguez aseguró que las autoridades culturales federales se quisieron “apropiar de Monsiváis, pero no lo lograrán, porque el escritor generó anticuerpos. Nunca había visto un cortejo fúnebre que fuera un arrancón de alta velocidad. La idea era que la gente lo acompañara hasta el Zócalo y estuviera unas horas con los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas, pero no nos dejaron”.

Carlos Monsiváis descansa en paz


LA COMUNIDAD LGBTTI A LA QUE ORGULLOSAMENTE PERTENECES, SE LEVANTA Y APLAUDE TU FUERZA Y CREATIVIDAD.

LA DIVERSIDAD SEXUAL NO TE DICE ADIOS SINO  HASTA LUEGO, QUE TODXS TE ALCANZAREMOS, TARDE QUE TEMPRANO MONSI.

Ciudad de México
Sábado 19 de junio de 2010
Sonia Estela Sierra Echeverry
El Universal


El escritor mexicano Carlos Monsiváis falleció este sábado a las 13:48 horas en el área de terapia intensiva del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición "Salvador Zubirán", por insuficiencia respiratoria, informó la Secretaría de Salud en un comunicado.

A partir de las 21 horas, los restos del escritor serán trasladados al Museo de la Ciudad de México, ubicado en avenida Pino Suárez 30, Centro Histórico, informó la Secretaría de Cultura.

Desde el pasado 2 de abril, el autor de "Amor perdido" ingresó a este centro hospitalario para recibir tratamiento; sin embargo, en las últimas semanas su estado de salud se complicó.

Carlos Monsiváis Aceves nació en Ciudad de México el 4 de mayo de 1938. Crítico e irónico, el autor fue según el poeta José Emilio Pacheco, el único escritor "que la gente reconoce en la calle".

Considerado un gran cronista de la vida cotidiana de los mexicanos, del arte y de sus personajes populares, escribió multitud de ensayos, un libro de fábulas, asi como biografías de personajes que han dejado huella en la vida mexicana como Salvador Novo.

Estudió en la Facultad de Economía y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fue uno de los participantes del movimiento estudiantil de 1968 que, según los mexicanos, abrió una puerta a la democracia.

Con un trabajo diario en la prensa escrita y en la televisión, así como en foros públicos, Monsiváis fue uno de los grandes difusores de la cultura mexicana.

El escritor fue sido distinguido con numerosos premios, entre ellos el Príncipe Claus que otorga Holanda (1998), la medalla Gabriela Mistral que entrega Chile (2001) y el Premio FIL de Literatura de Guadalajara (antes Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo) de 2006, así como con un Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Arizona (2006).

viernes, 18 de junio de 2010

Fallece el escritor José Saramago

Madrid, España

Viernes 18 de junio de 2010
EFE
El Universal
 
El Premio Nobel de Literatura portugués murió a los 87 años en su casa de Lanzarote, informaron fuentes de la familia

El escritor portugués y Premio Nobel de Literatura José Saramago falleció hoy en su casa de Lanzarote (islas Canarias) a los 87 años de edad, informaron fuentes de la familia.

Saramago nació en Azinhaga, Portugal, el 16 de noviembre de 1922, el literato escribió obras como 'El Ensayo sobre la ceguera', 'El hombre duplicado', 'El Evangelio según Jesucristo'; entre otros.

La muerte se produjo pasadas las 13:00 horas locales (11:00 GMT) , cuando el escritor se encontraba en su residencia canaria, acompañado por su mujer y traductora, Pilar del Río.

José Saramago había pasado una noche tranquila. Tras desayunar con normalidad y haber mantenido una conversación con su esposa, comenzó a sentirse mal y al poco tiempo falleció, explicaron familiares.

"Es hora de aullar, porque si nos dejamos llevar por los poderes que nos gobiernan se puede decir que nos merecemos lo que tenemos" , aseguraba Saramago en junio de 2007, en unas jornadas de la Fundación Santillana.

De origen humilde, Saramago se dedicó a la literatura porque no le gustaba el mundo donde le tocó vivir. Sus novelas encierran reflexiones sobre algunos de los principales problemas del ser humano; hacen pensar al lector, lo estremecen y conmueven.

En 1947 publicó su primera novela, "Tierra de pecado" . Por esa época prendió en él la conciencia política que siempre le acompañó y que le llevó a afiliarse en 1969 al Partido Comunista Portugués.

Tras un largo silencio de casi veinte años, en los que estuvo sin publicar porque no tenía "nada que decir" , Saramago se atrevió con la poesía entre 1966 y 1975 y publicó "Poemas posibles" , "Probablemente alegría" y "El año de 1993" .

jueves, 17 de junio de 2010

México 2, Francia 0 ¿Qué sorpresa nos reserva el bajito?

20
      México            Francia


Y pensar que despues de un partido de fut bol de la selección mexicana Calderón actuó   alevosamente contra el SME y contra Cananea.

Mañana despues de este partido y más que ganó la selección con un Aguirre que defiende a las instituciones en entrevista despues del partido.

¿Con qué amargo sabor de boca despertaremos mexicanxs, a qué sindicato le tocará mañana? 

XXXII Marcha del Orgullo LGBTTI de la Ciudad de México ‏ 2010


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A las Organizaciones LGBTTTI del país

A los colectivos de la Diversidad Sexual

A las y los compañeros solidarios

A los prestadores de servicios de los colectivos de la diversidad sexual

A la población en general

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1. Activistas de diversas organizaciones nos dimos a la tarea de iniciar los trabajos de preparación de la XXXII MARCHA DEL ORGULLO LGBTTTI; La Marcha del Bicentenario, desde diciembre de 2009, lo que derivó en la solicitud realizada el día 18 de ese mismo mes a la delegación Cuauhtémoc.

2. Desde el pasado 25 de febrero realizamos nuestra primera reunión abierta para la organización de la misma en la que se dieron a conocer, los avances y retos para esta edición de la marcha; además conformamos las comisiones de trabajo las cuales ya iniciaron actividades programadas. Reiteramos la invitación a quienes estén interesados( as) a involucrarse en el comité organizador en concordancia con los términos expresados en la convocatoria.

3. Nos negamos a renunciar al carácter festivo de la marcha. Sostenemos que esta manifestación pública tiene un carácter, social, cultural y político que no se contrapone con lo festivo. La Marcha es la oportunidad de quienes formamos estos colectivos de reflexionar sobre nuestras necesidades y hacerlas del conocimiento público, exigiendo a las autoridades las acciones correspondientes para avanzar en el ejercicio de nuestra ciudadanía plena, y al mismo tiempo es una celebración de los avances que hemos logrado a través de 32 años de trabajo organizado.

4. Quienes nos aglutinamos en la organización XXXII MARCHA DEL ORGULLO LGBTTTI; "La Marcha del Bicentenario" , reiteramos: la marcha tendrá verificativo el próximo sábado 26 de junio de 2010 a las 11:00 horas saliendo del Monumento a la independencia con dirección al Zócalo Capitalino.

NOTA IMPORTANTE DE ÚLTIMO MOMENTO:


El recorrido de la XXXII Marcha del Orgullo LGBT en Ciudad de Mexico será modificado ante la posibilidad de que la Selección Mexicana de Fútbol clasifique a la segunda ronda del Mundial Sudáfrica 2010 y juegue su partido de eliminación el sábado 26 de junio, por lo que el acto final tendrá lugar frente al Palacio de Bellas Artes, informó Mario Arteaga, presidente del Comité Orgullo México (Comac).

Esperamos que esta información sirva para evitar confusiones y deje en claro que:

La Marcha Va

Un Movimiento Independiente

Reformando la visión del mundo

Revolucionando la convivencia social

200 años de ser orgullosamente México

CONVOCAMOS

1. Acción Violeta,
2. Agencia Informativa Notiese,
3. Alianza Oaxaqueña por el Derecho a Ser A. C.,
4. Anodis: Agencia Informativa sobre Temas de Diversidad Sexual,
5. Bearmex,
6. Cecash,
7. Colectivo León Gay A. C.,
8. Comité Orgullo México A. C.,
9. RAGEM Red de Amigos Gays del Estado de México,
10. Comunidad Sudcaliforniana en Diversidad Sexual, A. C.,
11. Cromosoma VHIda y Cultura Diversa,
12. Diversidad Equidad Social y Democracia,
13. Enkidu Magazine,
14. Fundación Diversitas A.C. Monterey,
15. Gemas de Monterey,
16. Frente de Acción Ciudadana A.C.,
17. Gess.AC. (Género, Ética y Salud Sexual),
18. G-Natura,
19. Grupo de Facto Diversidad Sexual Monterey,
20Grupo de Madres Lesbianas GRUMALE,
21. Grupo Homosexual de Acción e información GHAI,
22. Humana Nación Trans,
23. Jóvenes LGBT México,
24. Las Reinas Chulas,
25. Letra S,
26. Los 41 Radio,
27. los41.com,
28. Notigay,
29. Nueva generación de Jóvenes Lesbianas,
30. Comunidad Leather México,
31 REPAVIH (Red de personas afectas por el VIH) Yucatán,
32. Roshell,
33. Stonewall México,
34. Triple G,
35. Trodos Circulo de Masculinidad,
36. Vinnii Gaxhee (Gente Diferente) Alianza por la Diversidad Sexual en el Estado de Oaxaca, A.C.
37. Comite Organizador de la Marcha por la Diversidad Sexual Morelos.
38. Vida Plena Puebla
39. Original Drag King México
40. Colectivo Lésbico Universitario
41. Red LGBT Guadalajara
42. Fraternidad Gay de Aguascalientes



martes, 15 de junio de 2010

ESCRIBO LUEGO HE SENTIDO

Por Francesca Gargallo

Me he preguntado varias veces qué hace que una persona escriba, si para ser poeta hay que conocer poetas, si leer novelas sirve para la construcción de novelas, y si la narrativa es el grado más elevado del narcisismo o la cima de la dedicación a los demás. Aunque no son preguntas fundamentales para mi literatura, porque cuando escribo las olvido por completo.

Nadie toma la pluma en mano ni por la escuela ni por la lectura. Las novelas no engendran novelas, sólo la poesía es una de las componentes de la plurigestación de la obra literaria y está en cualquier parte. Hay quien escribe porque es médico, algunas novelistas fueron amas de casa, arqueólogas o ricas herederas; hay prosistas de ambos sexos: campesinos, ingenieros, vagos, cineastas, maestros y de todas las profesiones existentes. Conozco muchas personas que estudiaron literatura y que por ello mismo dejaron de escribir hasta su diario.

Durante veinte años, creí que se escribe porque hay que desahogar sensaciones, la mayoría de ellas angustiosas, así como para comunicar la paz que se encuentra tras haber transitado por el camino de diversos amores: los carnales, en primer lugar, y, con la misma intensidad, la pasión por lo que sea: el arte, la intriga, la belleza, el deporte, los estudios, los viajes. Escribir implicaba, según yo en esos tiempos, inventar mundos mejores y deshacerse de fantasmas, buscar la verdad y relatar lo visto, gozar la forma y estudiarse a fondo; en fin, la narrativa conjuraba la realidad e instauraba el diálogo.

No he desechado por completo esas ideas; las creo sustancialmente válidas, aunque algo ingenuas.

Si las tomara al pie de la letra, debería decir: escribo porque vagué de niña por las calles no de una ciudad hermosa, sino de la poesía que quedaba en cada piedra abandonada, devastada casi, de la mítica Siracusa. Hoy, cuando vuelvo a mi tierra natal, la encuentro bella, pero las sucesivas restauraciones y el turismo la han vuelto banal, inútil a las sensaciones. ¿No habrá más escritores en Siracusa? ¿Nunca más un Quasimodo, un Vittorini o una Gargallo?

Como otra novelista, Marguerite Yourcenar, no amo el arte del maquillaje y la restauración . Sin embargo, yo vagaba por las calles de Siracusa (y luego de Roma, Estambul y México) porque prefería los espacios públicos al terror de la vida privada, al miedo que me inspiraba mi padre y el desconcierto que las contradicciones de mi madre me provocaban. La antipatía hacia los ámbitos privados que deriva de ese pánico es, probablemente, uno de los motivos por los que nunca he podido vivir una relación de pareja estable, pero no lo lamento.

El miedo se vio agigantado por el poder de la mente, engendrando fantasías infantiles que persisten. Por ellas visualicé la escuela como una cárcel donde debía aprovechar el tiempo aprendiendo lo único que me serviría cuando, finalmente, saldría a la libertad. Aprendí a escribir con felicidad; y esa felicidad hábil rescató a una niña enclaustrada entre los muros, los miedos y las etiquetas de la clase alta. Fui salvada por la escritura; cortó la soga que iba a colgarme. Redondas a manuscritas, eses como serpientes: me poseyó la misma pasión que anima a una pintora al descubrir las manchas y los colores en un tiempo que la memoria, luego, no podrá recordar.

Y todo ello fue posible porque, por las tardes, las niñas y los niños de entonces no teníamos nada que hacer. La televisión era cosa de premio para los que se portaban bien (yo nunca), no existían clases de natación, ballet, y mil desviaciones más, madres y padres estaban ausentes y los hermanos eran cariñosas presencias incultas.

Belleza cubierta por el polvo del tiempo, miedo, deseo de libertad y aburrimiento, he ahí los ingredientes más antiguos de mi pasión por la escritura. No rechazo esta filiación, es fundamentalmente verdadera, pero hoy dudo de su absoluto.

En un segundo momento, el miedo despertó en mí la única forma sana de buscar venganza, se transformó día tras día en un deseo de justicia anticlasista, libertario, feminista, y en ese trance se manifestó la narrativa. Yo, como todos los verdaderos amantes de la literatura, prefería la poesía, la capacidad de decir lo inmortal, pero como todos los militantes de algo necesitaba explicarme. Narrar no es sino dar a conocer algo que se conoce o se cree conocer. Más antigua que la filosofía, la narrativa nunca ha alcanzado la sabiduría de la poesía, ligándose para siempre a la historia .

Mi padre recuerda que cuando yo tenía siete años y estaba en segundo de primaria, durante una de esas tardes de inverno en que, fuera por un repentino arranque de afecto o por su costumbre de control, entró sorpresivamente a mi cuarto, me encontró doblada sobre un cuaderno. “¿Qué haces?”, me preguntó. Yo simplemente le contesté: “Escribo una novela”.

No conservo esas hojas, pero supongo que contenían algunos de los cuentos maravillosos que mi hija ahora escribe y hablan de fantasmas, sombras, niñas heroínas, murciélagos sin miedo, brujas amistosas. Mi hija tiene nueve años, pinta, juega fútbol, escucha rock y casi siempre impide que entre a su cuarto, pero de noche se pasa a mi cama. ¿Escribirá profesionalmente cuando crezca?

No hay recetas. No hay escuelas. No hay prohibiciones ni apoyos que valgan. Hoy sostengo que quien escribe no podría no hacerlo y que ningún novelista inspira a otro. Cuando era una preadolescente, en secundaria, creía sinceramente que después de la Iliada era inútil cualquier otro cuento: ¿quien se atrevería a narrar de la amistad después de haber leído cómo los amigos buscaban en el campo de batalla a los sobrevivientes? Luego leí el Gilgamesh, la Chanson de Roland, el Lai du chevrefeuil de Marie de France; cuando llegue a la Divina Commedia de Dante me convencí de que todo había sido dicho. Sin embargo, nunca dejé de escribir poemas apasionados (por suerte los quemé todos), cuentos iracundos y cartas desesperadas y sin destinatarios. Yo no competía con Dante, lo consideraba definitivo y, sin embargo, no podía no escribir.

¿Me habría suicidado, habría enloquecido de no llenar cuadernos de signos? Probablemente, pero no se escribe para huir de la locura. De hecho hay escritores esquizofrénicos, maniáticos depresivos, alcohólicos, sadomasoquistas y Primo Levi se suicidó tras haber aparentemente desahogado el horror de los campos de exterminio nacistas en novelas inmortales.

¿Qué lleva a una persona a escribir, pues? Seguramente no el placer de la lectura, ni siquiera de la lectura inteligente de los mejores autores. No es leyendo Orlando de Virginia Woolf que empecé a escribir, aunque me encantó, por el mismo motivo que mirando a la Santa Lucia de Caravaggio no me hice pintora ¡Y sólo las diosas saben cuánto me gusta Caravaggio, qué parecidos se me hacen su vida y sus sentimientos a los mas íntimos de los míos!

Para escribir se necesitan muchas cosas y ninguna en especial. Nadie puede escribir si no ama conocer y no se interesa en algo, de por vida o sucesivamente no importa. Conozco escritores que fueron expertos en geografía oceánica del siglo XVI mientras escribían una novela y se convirtieron en maestros en la alimentación luterana de Dinamarca en el siglo XIX para ambientar un cuento. Personajes míos me han llevado de la mano por las calles de varias ciudades; fui sólo para darles donde pasear a ellos. Estudié las mañas de las tipografías, las rutas coloniales mexicanas, la mentalidad de la izquierda de los años 1970, los reportes hemerográficos sobre las matanzas de niños de la calle en Brasil, el incremento de la violencia en Colombia y las implicaciones de su discurso. Di vuelta a los archivos de San Luis Potosí y Zacatecas, escuché a campesinas y sembradores en los campos de Oaxaca, molesté a biólogos y agrónomas. En una ocasión conviví con los pescadores de camarón del puerto de Mazatlán. Cada imagen de un cuento o una novela implica una investigación, sistemática o no. Cada frase esconde el placer de haber sido conocida y escrita.

El verbo narrar, así como la persona que lo pone en acto –la narradora- y el objeto que la acción produce –la narración-, tienen todos un origen etimológico que los hace remontar al sustantivo latino gnarus, el que conoce, el hábil, experto y familiarizado con una temática, y más lejos aún a la raíz sánscrita gná, que significa conocer.

La etimología evidencia, como toda disciplina histórica, la mentalidad del presente; por ende, revela una huella poderosísima de las emociones e ideas de un pasado sacralizado por un poder contemporáneo que puede cambiar. De no saberlo, yo también atribuiría un caracter sobrehumano a una voz del pasado y, con ello, podría jugar un rato a construir venganzas lexicales contra las y los filósofos e historiadores que me han marginado por ser yo una narradora, una escritora de “ficciones”. Soy una filósofa de la historia (eso estudié y no literatura) y tengo conciencia de todo lo que interviene en las construcciones humanas y, por lo tanto, no me atrevo a decir, sólo sobre la base de un verbo romano, que todo el que no cuenta es un ignorante. Sin embargo, narro en latín significa lo mismo que en castellano: cuento, relato, y para el orador romano así como para los capitanes de navíos, las mujeres que agitaban sus brócolis en el mercado, los campesinos y las tejedoras, el ignaro o ignorante era aquel que no podía contar porque desconocía la realidad.

La relación entre narración y conocimiento es para mí obvia y muchas veces la he visto expresarse positiva o negativamente en la vida de pueblos muy diversos: el cantador entre las y los wixarica es la persona de sexo masculino que relata los acontecimientos reales y míticos, sin distinción, que hacen de su pueblo un creador de cultura consciente de su importancia; en el dialecto de la Roma contemporánea un “ignorante” no es sólo la persona que desconoce algo, que lo ignora, sino aquella que manifiesta su hostilidad, su falta de interés por los demás, su egoísmo a través de no comunicarse verbalmente: es quien contesta con monosílabos o rehúsa dar explicaciones. Esta definición dialectal me atrae mucho, porque implica que quien no transmite sus saberes es un ignorante o un maleducado.

Así que, para escribir narrativa, es necesario querer transmitir algo que se sabe o comunicar algo que se inventa. De niña, yo fui muy fantasiosa y de joven, una gran mentirosa; pero no creo que una mentira implique siempre la comunicación de una falsa realidad.

Escribir es un ejercicio de la voluntad, una expresión de la libertad humana. Recuerdo las clases de Paleografía Latina del profesor Armando Petrucci, en la Universidad de Roma, cuando intentaba hacerme reconocer una caligrafía carolingia diferenciándola de una sorboniana del siglo XIII, de lo cual yo era incapaz. Un día me tomó del brazo y me dijo: “Entiende, sin escritura no hay historia, no por los afanes de control de los gestores de la memoria, sino porque el esfuerzo para construir un mundo de signos tan complejos, con que darnos a entender sin la presencia física de un transmisor del mensaje, es lo que nos ha convertido en todo lo que somos”.

La persona que escribe es en si conocedora y comunicante. Pero ¿qué conoce la persona que como yo escribe ficción, qué necesita comunicar? Sinceramente no lo sé.

En la Sierra Huichola, en el norte de Jalisco, he tenido el honor de escuchar a un cantador que no se interrumpió durante una tarde y buena parte de la noche. Frente a un grupito de cinco personas, el anciano relató el origen de la tierra, de la verdad, del fuego; habló de personas, de héroes, de dioses; describió viajes, pasos, animales. En fin, reinventó, dándonoslo a conocer, el mundo. No sabía escribir, sabía hablar, pero era cuanto de más semejante he conocido a un escritor de ficción. Conocía de lo que hablaba y, por ende, inventaba. Según la visión académica del antropólogo que nos acompañaba, el cantador nos mintió, según la escritora que yo soy el anciano nos permitió participar de su grandioso proceso de creación. Hiló el cuento, nunca se contradijo aunque introdujo contradicciones entre los personajes y las situaciones que nos presentaba, resolvió los conflictos de entendimiento, manejó lo mítico atándolo con lo inexistente y con lo cotidiano y, finalmente, retuvo nuestra atención, nos convenció. Todos, menos el antropólogo, sentimos que esa tarde y noche habíamos presenciado algo que cambiaba en parte nuestras vidas.

Hubo muchos otros antes y después en mi vida, parecidos al que viví en la Sierra Huichola hace ocho años. Como bien saben los paleógrafos, la lectura y la escritura son dos procesos distintos. Existen y existieron siempre personas que firman un documento que no pueden leer, así como lectores que no podrían escribir una carta. Yo en primero de primaria descubrí la escritura, el placer de plasmar palabras, y durante muchos años escribí sin leer casi nada: escribí cuentos antes de haber terminado el libro de gramática. Fue al finalizar la secundaria que me arrojé sobre los libros de la biblioteca como un niño hambriento sobre un canasto de pan de dulce. Comí las conchas buenas y los cuernitos podridos, los bolillos mal cocidos, los duros y los sabrosos, las chilindrinas mordisqueadas por otros, los bollos salados y los panqués desabridos. Estaba triste y leía. Me aburría y leía. Peleaba con mis padres y leía. Cuando a los catorce años obtuve una moto y me lancé a las calles sobre dos ruedas, dejé de leer un rato. El mundo era hermosísimo y yo iba al centro de la ciudad, a pueblos cercanos, a los pies de las montañas y caminaba, es decir leía mis pasos sobre el vasto libro que es el mundo. En esos meses adolescentes, escribí menos que en ningún otro periodo de mi vida. Me sucedió algo parecido cuando descubrí el sexo en los brazos de un coetáneo afectuoso; esos eran los años en que creímos que las mujeres y los hombres son iguales y tienen un igual derecho al placer. Fueron años con la utopía a la portada de nuestras manos, años rebeldes y, por lo mismo, amorosos.

Todavía hoy en día cuando leo no escribo y cuando escribo, no leo. Sin embargo, la lectura ha definitivamente influenciado mi modo de escribir. Así como, en México, los han hecho las reuniones que teníamos entre varios escritores, en un viejo club de ajedrez de la colonia Roma. Las bautizamos tertulias del No-Taller del Alfil Negro. Durante más de diez años, capitaneados por el dibujante y ajedrecista Luis de la Torre, mujeres y hombres de edades, proveniencias geográficas y de clase, preferencias sexuales distintas, nos escuchamos, comimos pozole, hablamos de gramática, descorchamos botellas de vino imbebible, leímos en voz alta, nos enamoramos y escribimos. Ahí forjé amistades para la vida y mejoré mi español, desde entonces mi instrumento de escritura. Y del Alfil Negro salimos escritores tan distintos como Ricardo Chávez Castañeda, Guadalupe Lizalde, Leonardo da Jandra, y yo. Jamás tuvimos una línea y nunca formamos una escuela, pero juntos, al leernos conscientemente, mejoramos el cómo de nuestra literatura, afilamos nuestras lenguas, supimos qué podíamos romper y qué debíamos transformar.

Todo influye sobre el saber de las personas, cualquier cosa que atrae su atención las educa, incrementa su conocimiento. Se conoce con los cinco sentidos y lo transmitido por otros nos permite reconocer lo que estamos tocando, viendo, saboreando, oliendo, escuchando. Leí Los Buddenbrock de Tomas Mann en el pasillo del hospital donde estaba muriendo mi abuelo. Sentada en una silla esperaba que me llamaran para poderlo ver. Yo amaba tiernamente a mi abuelo materno. Desde entonces, ninguna información sobre Mann ha incrementado o disminuido mi sensación que el escritor alemán fue el amigo que me consoló del primer dolor de separación de mi vida, porque fue capaz de describir a la familia y sus muertes.

Ese día descubrí que entre leer y escribir existe una relación y que ésta se cifra en una persona, la que lee; es decir, quien escribe tiene en el público que lo lee el fin de su necesidad. La escritora da a conocer, escribe para sí y para alguien más.

El lector no determina el momento mismo de la creación, pero está presente sin estarlo. Los signos de la escritura desde su origen presuponen la construcción de un código que puede ser descifrado por otra persona. Ontológicamente la escritura es un medio de transmisión de informaciones vitales: ¡no pasen por ahí, el rió está crecido!, ¡corran tras el vellocino de oro!

Aldous Huxley, en su obra de ficción, inventó mundos, situaciones más que angustiosas, creó personajes de sentimientos que probablemente espejeaban los suyos, grandezas humanas subyugadas por el control infinito de las burocracias cientificistas, y constantemente nos tuvo presentes, a nosotras y nosotros los lectores posibles a quienes quería prevenir. Pero Aldous Huxley no escribió porque yo, quizás, en un futuro lo leería, mucho menos por el público lector que construye una empresa editorial, ni por un afán de protagonismo; escribió porque su forma de participar del mundo era la escritura.

Clarice Lispector, que constante aunque no exclusivamente usó el monólogo, ponía en boca de sus personajes, siempre inquietantes, una historia de sensaciones en primera persona que se lanzaba al mundo como el borbotar de los locos en las calles de las grandes ciudades. Desgranaba mensajes con la misma intensidad con que una mística pronuncia el nombre de Dios y, a través de la exasperación de las sensaciones, nos ha comunicado un entero mundo interior que buscaba decirse. De paso, al hacerlo ha transformado la literatura latinoamericana, abriéndola a algo más que al histórico realismo, mágico y no.

Marvel Moreno recorrió el camino inverso. Hizo de la historia de las relaciones entre mujeres, en una Colombia devastada por las convenciones clasistas, el espacio literario de una voluntad libertaria, tan intimista cuanto revolucionaria.

Cada día en el mundo alguien toma la pluma o la computadora y empieza a escribir una carta, un cuento, un poema o una novela. Cada día una escritora o un escritor se inician en el afán de comunicar partiendo de sí mismos. Algunos pensarán que si son dotados se volverán ricos y famosos y el mundo será capaz de entender sus sentimientos; otros ni se fijan en ello y sólo llenan páginas y páginas de palabras: no hay nada más pasivo y obediente que una hoja de papel en blanco. La mayoría absoluta dejará la tarea sin acabar. Algunos terminarán su primer escrito. Menos aún lograrán publicarlo. Sólo una minoría restringida enfrentará un segundo o un tercer empeño literario. De ésta saldrán los escritores.

Simone de Beauvoir, no sé ya en qué texto, recordaba que uno de los “nouveaux philosophes” expresó su enojo a Sartre porque no le habían publicado su libro más reciente y ella le repuso que todos los escritores famosos, en un principio, habían sido rechazados por las editoriales. Yo iría más lejos y diría que únicamente la escritora o escritor que es capaz de superar la frustración del primer, el segundo, el tercer y hasta el cuarto rechazo es un verdadero escritor. Y lo es porque su seguridad en lo que tiene que comunicar persiste en ella o él a pesar de la falta de comprensión, como en el filósofo platónico que ha visto la realidad y se esfuerza en darla a entender a sus congéneres, que la rechazan porque quedaron atados en la caverna. En América Latina, se ha convertido en un hecho mítico, arquetípico casi, que Cien años de soledad de García Márquez haya sido rechazado en primera instancia.

Así que para escribir hay que tener confianza en sí misma y tolerancia a las frustraciones, amén de no poder dejar de hacerlo. Eso ya limita la cantidad de personas que serán escritoras.

Un elemento ulterior, que sin ser fundamental también representa algo en esa capacidad de ser, es el elemento material. No es el dinero lo que hace a un escritor, aunque la angustia por la sobrevivencia puede acallar a una gran voz. Sin embargo, es obvio que demasiado apego a los bienes materiales no ayuda a que una persona pueda dedicar su vida a la escritura. Escribir es un oficio de sencillez, que requiere de sopa de lentejas y amigos íntimos.

Yo soy una narradora que necesita viajar mucho, soy una caminante de las palabras, una descriptora de la emoción de andar; claro está que si yo requiriera de un hotel para dormir no podría haber escrito todas mis páginas. De hecho he escrito porque las posadas, las estaciones de ferrocarril y de camiones, los techos de grutas y cabañas, las casas amigas que me abrieron sus puertas, me han cobijado. Dormí en palacios y chabollas, sin preferencias ni afán de obtener más hospitalidad en los primeros que en las segundas.

Todas las personas que escriben necesitan un buen nivel de vida, pero lo bueno no lo determina la cantidad de dinero. Si yo pudiera vender los libros suficientes como para no vender mi fuerza de trabajo a una universidad o una fabrica, seguramente dejaría de presentarme a las nueve de la mañana en mi lugar de trabajo. Pero, sin lugar a duda, prefiero vender mi fuerza de trabajo que mis ganas de decir lo que necesito decir. Y prefiero hacerlo porque me deja soportar con mayor lucidez y dignidad mis crisis. Entre Marcha seca y Verano con lluvia pasaron cuatro años de vacío: una persona que escribe en algunas ocasiones puede ser una persona que sufre porque no puede escribir. No depender en lo económico de la página escrita, me salvó de publicar cualquier porquería. Ése es el riesgo que corre quien obtiene una beca o un contrato editorial aparentemente apetecible.

Pero no nos confundamos. Las becas en sí no son un mal ni un bien, son un instrumento. En tres ocasiones pedí una beca y en dos la obtuve. Con la primera, durante seis meses pude redactar mi tesis de doctorado en historia contemporánea de América latina, sin tener que perder el tiempo yendo a trabajar. En la segunda ocasión, recorrí, con mi hija de año y medio en los hombros, todo el arco de la Gran Chichimeca para ambientar mi novela sobre el capitán Caldera. El resultado final es hijo de esos pasos dados en libertad económica. De no obtener esas becas, no habría escrito lo que escribí sino, probablemente, otra cosa.

Vivir de becas, sin embargo, se me haría inmoral: a ningún campesino le subvenciona su placer de sembrar y ninguna literatura se alimenta del desconocimiento del mundo del trabajo. Una buena escritora necesita de un café con los amigos, de una cerveza en la cantina y de muchos pasos frente al mar, tanto como de conocer el desgaste rutinario de las colas para tomar un camión, la prisa y el miedo de llegar tarde, el deseo de encerrarse en el baño para leer una novela y olvidar al jefe. Aun los escritores de ciencia ficción necesitan tener los pies anclados en la tierra y nada nos ancla más que la economía.

He renunciado muchas veces a un trabajo bien remunerado para terminar una novela, que a veces publiqué y otras no. Jamás pedí una beca en esas ocasiones, viví de mis ahorros y de la paciencia de mis amigas, cuando no de los regalos de mi mamá, esperando que cuando terminara de hacer lo que debía hacer alguien me volviera a ofrecer un empleo. El trabajo, como la escuela, es una cárcel donde aprender lo que nos será necesario cuando salgamos de ella. Además tiene pausas, permisos: cuando estoy de vacaciones, yo dejo fluir el tiempo sin hacer nada. En el campo o frente a una bahía, miro las gaviotas volar desde una hamaca, camino unos pasos, duermo la siesta, me acuesto a las ocho de la noche y me despierto con el alba para seguir gozando del ocio. De repente, algo podría meterse en mí, la semilla de un cuento, una novela o un sueño con los ojos abiertos.

Si eso realmente sucede, empezaré a escribir en una hoja de cuaderno, en el revés de una servilleta, tomaré notas, me llenaré de emoción, buscaré por doquier datos para seguir adelante. Aun a sabiendas de que mi novela durará más que el tiempo de las vacaciones y la terminaré entre los horarios de la oficina y las clases, la prisa por la redacción de un texto de presentación del libro de una desconocida, la obligación moral de mi militancia, las idas y venidas de la escuela de mi hija, la lavadora, el trapeador y la cocina, la tarea de matemáticas, el dentista y el contar los centavos para llegar a fin de mes. Todo ello aderezado por las ganas de caminar en silencio con un amigo, leer un poema húngaro o un libro de historia chileno, mirar una película de Kiarostami o un cuadro de Carlos Gutiérrez Angulo.

Así también se construye la libertad de decir. Aquélla que vive del deseo y es, como la poesía, ingrediente de toda literatura.

En: Cristina Rivera Garza (coordinadora), La novela según los novelistas, Fondo de Cultura Económica, México, 2007, pp.93-105

HOMBRES ARMADOS VIOLAN LA SECRESIA DEL UNICO REFUGIO PARA MUJERES EN SITUACION DE VIOLENCIA EXTREMA DE CD. JUAREZ, CHIH.

Las Organizaciones Defensoras de Derechos Humanos:
Centro de Derechos Humanos de las Mujeres,
Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez A. C. y
SIN VIOLENCIA A. C. Refugio fundado por Esther Chávez Cano (+)
denunciamos:

El 9 de junio del año en curso 14 hombres, seis de ellos con armas de alto poder llegaron a las instalaciones secretas de SIN VIOLENCIA A. C. Refugio para mujeres en situación de riesgo por violencia extrema, al mando del grupo de hombres armados, se encontraba el funcionario del poder judicial de nombre Román García oficial notificador, quien se negó a identificarse y mostrando la copia de un oficio signado por el Juez Primero de lo familiar del Distrito Judicial Bravos Lic. Guadalupe Manuel de Santiago Aguayo, en el cual dicho funcionario autorizaba el uso de fuerza pública y rompimiento de cerraduras en una diligencia del ramo familiar, consistente en la entrega de forma inmediata de la menor Lesly Itzel Muñoz González.

El oficio mostrado, no señala domicilio para realizar dicha diligencia judicial, ni se encuentra dirigida a la asociación civil, por lo que el personal reiteró la oposición a que violentaran la entrada al recinto, al no encontrar colmados los requisitos legales para que se llevara a cabo la diligencia, solicitando al funcionario judicial, la presentación de una orden de cateo, la cual no llevaba.

“El mandato judicial” se ejecutó en un REFUGIO de alta seguridad, el único de esas características en el Estado de Chihuahua y cuya dirección era, antes de ser violado por las autoridades judiciales y por hombres armados, un lugar seguro para que las mujeres en ciudad Juárez y el resto del estado pudieran preservar su vida.

A pesar de negarles la entrada argumentando que la menor no había ingresado a ese lugar y que no era posible permitir el ingreso, en razón de que se encontraban en instalaciones de un Refugio de alta seguridad, en donde los protocolos impiden la entrada de hombres y mucho menos armados, lo anterior se explico , informándoles que algunas de las víctimas eran esposas o compañeras sentimentales de policías, sicarios o personas ligadas a la delincuencia organizada y por motivos de seguridad no se permitía el ingreso.

A las defensoras de derechos humanos al frente del Refugio SIN VIOLENCIA, se les amenazó con meterlas a la cárcel de dos o tres años, uno de los policías dijo textualmente “ las invito a cooperar , mostrando el arma de fuego que portaba, o no tendré más remedio que actuar” Otro de los policías exigió a la coordinadora operativa que le entregará una identificación.

Un policía tomó la identificación de la coordinadora ejecutiva y dijo mostrando el arma, que ahora sabía más datos de quien estaba oponiéndose, manifestando que: “se van a arrepentir, se meterán en problemas, es mejor que cooperen, y vamos a tirar las puertas y a violar las chapas”

Ante el riesgo de perder la vida a manos de los hombres armados que estaban dispuesto a todo, el riesgo de la libertad personal y especialmente para cuidar de la estabilidad emocional de las víctimas y sus hijas e hijos que se encontraban dentro del albergue bajo la responsabilidad de las defensoras de derechos humanos; al encontrarse rodeadas de hombres armados, en un contexto de total impunidad como actualmente es Ciudad Juárez, Chihuahua, se les obligó a abrir las instalaciones.

Al entrar al refugio lo hicieron en forma violenta, aventando muebles, buscando bajo la cama provocando una situación de psicosis colectiva en las mujeres y sus hijos e hijas que se encontraban en ese lugar que hasta esa fecha consideraban seguro.

No encontraron a la menor, Ella no se encontraba en ese lugar tal como lo informaron al funcionario judicial.

Exigimos: la destitución de los funcionarios del poder judicial y de los elementos policíacos y exigimos seguridad para garantizar la continuidad del trabajo de las defensoras de derechos humanos.

Les solicitamos que envíen llamamientos a:

Lic. Rodolfo Acosta Muñoz
Magistrado Presidente del Supremo Tribunal de Justicia
Del Estado de Chihuahua
Tel ( 52 614 ) 1 800 700

Lic. José Reyes Baeza
Gobernador Constitucional del Estado de Chihuahua
Palacio de Gobierno
Calle Aldama # 901 Col Centro C.P. 31000
Tel ( 52 614) 4 29 33 00 ext 11123

Enviar copia a: Centro de Derechos Humanos de las Mujeres, correo electrónico:
acción@cedehm.org.mx
acci%C3%B3n@cedehm.org.mx
y a la Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez A. C.,
correo electrónico:
red.mmj@hotmail.com
red.mmj@hotmail.com

Cecilia Guadalupe Espinosa Martinez
C. Articulo 3 #354 Col. Burocráta Segunda Sección
325 07 27
044 656 222 96 00
pjo_juarez@hotmail.com
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