miércoles, 26 de septiembre de 2007

Iztiar Lozano: murió su cuerpo, vive su enseñanza

Foto: Rotmi Enciso

"De todo aprendemos sobre nosotras y sobre las demás"

Por Lucía Lagunes Huerta
CRITERIOS. Periodismo Independiente Redacción
Publicado el 2007-09-24 23:31:05

México DF, 24 sep 07 (CIMAC).- Pareciera que la muerte acecha de manera inclemente: apenas el 16 de agosto despedimos a una gran feminista, Esperanza Brito, maestra para muchas de mi generación, quien predicaba con el ejemplo.

Ella luchó desde distintas trincheras por el derecho de las mujeres a decidir la maternidad. Era atrevida, sin lugar a dudas. Y con esa osadía anexó a la frase conservadora "a quien nos amó antes de concebirnos", que acompaña el Monumento a la madre en la Ciudad de México, ésta otra: "porque su maternidad fue voluntaria".

El viernes pasado, nuevamente la muerte se llevó a un aliado, amigo entrañable, Román González. La información de su muerte desencadenó la cosecha de lo que había sembrado, la solidaridad con las periodistas integrantes a la Red Nacional de Periodismo y a la Red Latinoamericana de Periodistas.

El reconocimiento a su trayectoria profesional ligada a su compromiso social y su convicción por la defensa de los derechos humanos de las mujeres, abrazan el duelo de esta agencia de noticias. Periodistas de norte a sur, no solo del país sino de esta América Latina expresaron vía electrónica su pesar y solidaridad con CIMAC y con la familia de Román González.

Hoy otra maestra, Itziar Lozano deja este mundo terrenal. Ancestra, como denomina Marcela Lagarde a este cúmulo de mujeres que han abierto brecha para muchas de nosotras, para todas la mexicanas que hoy defendemos nuestro derechos humanos.

Itziar llegó a este país desde España a compartir con sus hermanas mexicanas la construcción del movimiento feminista, se integró a CIDHAL (Comunicación, Intercambio y Desarrollo Humano en América Latina) y desde ahí durante 15 años (1977-1992) apoyó distintos procesos de la lucha de las mujeres.

Impulsó la construcción de CAMVAC a finales de la década de los setenta, organización fundamental para el movimiento feminista en la lucha contra la violencia hacia las mujeres, sus manuales de defensa en caso de agresión para las mujeres, la atención y acompañamiento a las víctimas de violación. Fue la piedra fundacional de la multiplicación de organizaciones contra la violencia hacia las mujeres.

Itziar, durante su militancia y construcción de conocimiento desde el feminismo, privilegió el trabajo de base, convicción que la llevó a estar presente dando apoyo en la construcción del Movimiento Urbano Popular con las mujeres y en la organización de las costureras, en los sismos de 1985.

Poco tiempo después, convencida de la construcción de redes feministas, de la sororidad entre las mujeres, de la necesidad imperiosa de estar unidas, impulsó la creación de Milenio Feminista en 1995. Fue parte de la coordinación nacional del 2000 al 2003.

Recodar a Itziar es recordar también la serenidad, la pasión y convicción de sus ideas, generosa siempre, apoyó a muchas organizaciones feministas, compartió sus saberes con esta Agencia de noticias y con las periodistas integrantes de las redes.

En diciembre del año 2006 Itziar Lozano recibió su primer homenaje, ahí en una de sus casas, en CIDHAL, en Cuernavaca Morelos.

Como la vida de una águila, que vuela alto desplegando sus alas, definió entonces Luisa Rivera Izábal -integrante de la asamblea de socias de CIDHAL-- en esta celebración la trayectoria de Itziar Lozano, en su "inmenso, diverso y variado trabajo y compromiso" con un eje central: el apoyo, promoción, asesoría, investigación, capacitación y desarrollo de las mujeres.

En ese homenaje Itziar reflexionó con quienes ahí estuvimos, "Cuando alcancemos a reconocer que estamos frustradas, atemorizadas o con coraje, podemos mirar a nuestro entorno y al interior de nosotras mismas para empezar a entender lo que está ocurriendo. Ningún sentimiento es demasiado infantil, o vergonzoso, o 'anormal'. En la vida de un grupo todo puede surgir: lo grande y maravilloso, lo mezquino y lo chiquito. De todo ello aprendemos sobre nosotras mismas y sobre las demás mujeres. Y de eso se trata, finalmente.".

El 17 de septiembre aquí en la Ciudad de México, las feministas organizaron otro homenaje, grabado todo por la querida Rotmi Enciso, para después dárselo a Itziar, no sé si alcanzó a verlo. Itziar, como siempre generosa, nos deja lecciones y reflexiones para seguir creciendo, para caminar hacia el futuro sin dejar de construir en el presente, tomando las lecciones del pasado.

Sin lugar a dudas estas despedidas duelen.
07/LL/GG/CV

lunes, 24 de septiembre de 2007

Campaña 28 de Septiembre 2007



Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe



Hace dos décadas, mujeres latinoamericanas y caribeñas se han unido alrededor de la lucha por los derechos sexuales y reproductivos y por justicia de género.

En el V Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe (Argentina, 1990) se creó el Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, un tema de unánime y prioritaria preocupación.

Se eligió el 28 de Septiembre como fecha de referencia para esa Campaña, que desde 1993 viene impulsando acciones en los diferentes países de la región.

Objetivos de la Campaña:

Humanización de los servicios de atención a la salud;
Disminución de la morbi-mortalidad materna;
Cumplimiento de las leyes que permiten el aborto;
Liberalización de las leyes que lo punen.

En la Reunión Ampliada Aborto en la América Latina y el Caribe - derechos de las mujeres frente a la conyuntura mundial, realizada por la Campaña los días 3 y 4 de diciembre de 2001, en Rio de Janeiro, han participado 98 representantes de organizaciones de 27 países.

En este evento ha sido lanzada la Carta de Guanabara, dirigida a los Estados, a los organismos internacionales y a la sociedad.

El DERECHO AL ABORTO FORMA PARTE DE LOS DERECHOS HUMANOS:
Penalizar el aborto constituye discriminación y violencia contra las mujeres.

¿Por qué la despenalización del aborto?

Anualmente, se someten a abortos en América Latina y el Caribe, cerca de 4 millones 200 mil mujeres, según datos de 1998 de la Organización Mundial de Salud. La mayor parte lo hacen en condiciones de riesgo y de forma clandestina, causando daños irreparables para su salud y muchas veces acabando con sus vidas. Los datos demuestran que ésta es una cuestión de salud pública y es así que el aborto debe ser tratado por los gobiernos.

martes, 18 de septiembre de 2007

QUIERES GRITAR Y NO PUEDES….


Tu mamá se fue a trabajarles a sus hermanas; les lava la ropa, les hace el quehacer y demás. Desde temprano te deja bajo el encargo de tus hermanos mayores, sobre todo de él, que te lleva entre 10 y 11 años.

Tienes miedo de que tu mamá se vaya; aún a tus 5 o 6 años, logras comprender que cuando ella se va tú te quedas desamparada.

Después de un rato de estar jugando con tus juguetes, se acerca él por detrás y te carga, te dice que no llores y que si le dices a mamá no te creerá y te castigará, y que después te la veras con él.

Tienes miedo, intentas safarte pero es imposible, comienza a tocarte y tú no quieres. QUIERES GRITAR Y NO PUEDES….

No sabes por cuando tiempo tu mamá tuvo que conseguir el pan de cada día, ni siquiera sabrás cuanto tiempo estuviste enojada con ella… por dejarte con ellos.

Después de 20 o 25 años no sabes a ciencia cierta que pasó, no recuerdas nada de la infancia, de hecho varios años intentarás recordarla más no lo lograrás y será siempre una etapa que no te gustará.

Fuente: Adivac Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas. A.C.

¿Qué es y cómo se genera la violación?

Es una violencia sexual contra una o varias personas que, de manera agresiva, les niega la libre disposición de su cuerpo y que implica dominación y poder sobre ella al provocarle no sólo alteraciones físicas, sino emocionales.

- Puede generarse en cualquier sitio, como en el trabajo, la escuela, la casa, la vía publica, el transporte público, en espacios abiertos o cerrados.

- Se puede manifestar como la imposición de una relación sexual no deseada, de posturas, gestos, actos, formas de vestir, hasta abuso y violación, con uso de la fuerza o sin ella.

- También puede ser verbal: insultos y acusaciones, o ejercida mediante actos como la venganza, el chantaje o las amenazas.

- Las personas que la ejercen pueden ser desconocidas, pero también las personas más cercanas: familiares, amigos, novios, esposos, etc.

- La violencia sexual puede manifestarse como hostigamiento, abuso sexual, incesto, rapto con fines sexuales, explotación, prostitución obligada, exposición indeseada a la pornografía, entre muchas formas más de actos violentos contra tu voluntad.

¿Qué hacer después de la violencia sexual?:

Inmediatamente después: Lo más importante es buscar un sitio seguro: la casa de una amiga, de un familiar; tal vez un establecimiento comercial donde puedas protegerte y llamar a alguien en quien confíes.

Si fue hace tiempo: Probablemente te sientas desesperada, muy angustiada y tensa. Es común que después de cierto tiempo, de varios años incluso, el recuerdo de la experiencia violenta esté presente, aunque hagas un gran esfuerzo por olvidar. La inquietud, el enojo extremo y tal vez la depresión son expresiones naturales, pero es muy importante recibir atención para reconocerlas y tratarlas profesionalmente para poder sanar.

¿Qué reacciones se experimentan después de la violencia sexual?:

Primera etapa:

(Desde los primeros minutos hasta la sexta semana posterior a la violencia sexual)
No puedes dejar de pensar en lo ocurrido.* Te sientes culpable y sucia por lo que pasó.* No quieres salir por miedo a encontrar al agresor o agresores en la calle.* Si sales, limitas tus trayectos: utilizas sólo un medio de transporte, transitas sólo por ciertas calles, sólamente sales a cierta hora del día.

Segunda etapa:

(De la sexta semana hasta los 12 meses posteriores a la violencia sexual)

Depresión y melancolía; sientes que tu vida se arruinó.* Inseguridad.* Autoestima baja.* Cambios drásticos de humor o temperamento.* Intento de suicidio (en algunos casos)

Tercera etapa:

(De los 12 meses hasta varios años posteriores a la violencia sexual)
Vives inquieta, temerosa (incluso aterrada), angustiada, desanimada.* Disminuyes tus actividades y ocupaciones cotidianas.* Pierdes el interés en actividades que antes disfrutabas; te sientes sola, vacía, sin valor.* Tratar de aceptar la agresión te provoca pánico, por lo que no hablas de ella ni accedes a recibir tratamiento psicoterapéutico.

Recomendaciones generales:

* Si fuiste violentada sexualmente, es importante que recibas atención médica, aunque no denuncies la violación. Aunque no tengas heridas visibles, corres el riesgo de haber sufrido lesiones internas graves, infecciones de transmisión sexual o un embarazo no deseado.

* Si fuiste violada, debes usar el método de Anticoncepción de Emergencia inmediatamente para prevenir un embarazo no deseado.

* Manejar la sensación de enojo, culpa y frustración.

* La atención psicológica es fundamental. Revisar los hechos contando con el apoyo de una persona profesionalmente capacitada, sensible y respetuosa.

* Hablar de lo ocurrido sin ninguna presión.

* Ser escuchada sin juicios de valor, sin evadir ni ignorar tus sentimientos.

Recomendaciones legales:

* Los delitos sexuales no requieren la presencia de testigos porque se consideran delitos de oculta realización;es indispensable que la persona violada señale al presunto agresor y sostenga la acusación. En caso de que nunca haya visto al agresor o agresores sexuales, es indispensable hacer su retrato hablado.

* La denuncia debe levantarse dentro de las 24 horas siguientes a la agresión sexual ante el Ministerio Público que, según nuestras leyes, funge como abogado de la persona agredida. La denuncia debe presentarse ante la Agencia Especializada en Delitos Sexuales.

*Se recomienda no bañarse ni cambiarse de ropa, ya que es necesario tener evidencia de la agresión.

* Si el agresor eyaculó dentro de ti, exige a la médica legista que tome una prueba de exudado vaginal para extraer muestras de esperma y determinar el ADN del agresor.

* Si fuiste drogada o sedada, exige que te realicen una prueba antidoping (sangre y orina) para comprobarlo.

* La denuncia de hechos tiene que hacerla la persona agredida o sus padres o tutores y se puede presentar por escrito; en ADIVAC puedes recibir este apoyo

¿A dónde se puede acudir?:

* Fiscalía Central de Investigación para Delitos Sexuales de la PGJ del D.F. Tel.: 5346-8110, 5346-8480
* Centro de Terapia de Apoyo de la PGJ del D.F. (CTA) Tel. 5200-9633
* Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas, A.C. (ADIVAC) Tel. 5682-7969 y 5543-4700
* Grupo de Reproducción Elegida, A.C. (GIRE) Tel. 5658-6684
* Fiscalía para Menores de la PGJ del D.F. Tel. 5605-6482
* Comisión de Derechos Humanos del D. F. Tel. 5229-5600
* Atención Psicológica por Teléfono, SAPTEL Tel. 5259-8121
* Atención de Patrullas. Tel. 060
*VICTIMATEL - Apoyo Legal por Teléfono Tel. 5575-5461
* LOCATEL 5658-

México, D.F.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Día de la Independencia



VIVA MÉXICO
15 de Septiembre

AUNQUE USTEDES LADRONES, SE EMPEÑEN EN ROBARLE
SU ESPÍRITU, SU DIGNIDAD Y SU FUERZA.
AÚN A COSTA DE TODOS LOS QUE LO HAN SAQUEADO,
MÉXICO LES QUEDARÁ SIEMPRE MUY GRANDE.

martes, 11 de septiembre de 2007

Lo que quiero...

Foto: Vicio
Por: Zyta


Autora desconocida. Quiero un amor, una amante, una mujer. Te quiero a ti, de apariencia tierna y adorable, con sonrisa perversa y mirada de malicia. Quiero besar tus labios y que respondas a mordidas; quiero morder tu cuello y que respondas con caricias. Tomar tus pechos en mis manos, tus pezones entre mis dedos y mis dientes; hacerte sudar, y dudar, si soy bien o soy mal. Besar lentamente, descendiendo, a paso lento y discreto. Hacerte rogar, suplicar que te toque mas adentro.

Tus manos en mi cuerpo quiero; desgarres mi piel, anhelo. Tus labios con sus besos, enterrados en mi ser, tan adentro, que no salgan de él y me lleven al infierno. Tu mirada de malicia quiero, cuando tocas mis adentros, con tus dedos; me rescatas del infierno y me llevas hasta el cielo.

Que te retuerzas entre mis brazos también quiero. Recorrer con mi lengua, conociendo tus deseos, tu cuerpo, hasta llegar a tu centro y desmayes de desvelo. Hacerte el amor deseo y mientras lo hago, saber que eres mía y viceversa; para la eternidad o solo ese momento.

Disfrutarte, amarte, saborearte. Quiero tenerte, aunque sea un instante, uno que en mi memoria quede como el más grato, el más loco, el más intenso y reconfortante. No pido mas que ese instante, para amarte, y si te gusta, quedarme contigo eternamente, en tu mente o en tu vida, como tu mujer y tu amante.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Pensaras que miento

Por Haideé Mata. Pensaras que miento pero hoy supe que todas las mujeres somos iguales: en mayor o menor medida, humanas al fin, no podríamos sustraernos a la tentación de la infidelidad.

Tal vez una, dos o tres veces resistiremos pero siempre habrá alguna vez que nuestras manos o pensamientos sean alcanzados por la ráfaga de calor que envuelve la llama de la pasión ajena.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Has decido decirle adiós a esa ventana

Foto: Rodrigo Gómez Gallery
Por Haideé Mata. Has decido decirle adiós a esa ventana que tenía encadenada tu visión a sus caprichos; hoy, le dices adiós al paisaje que ella te mostraba. Es tiempo de levantarte y mirar más allá de ese marco, de esa prisión. Volver a comenzar.

Sabes que te mostraba tan sólo lo que ella veía de si misma, su propio reflejo y tú, quedaste sin defensa y sin intención de defenderte. Le serviste porque sólo mirabas a través de su opaco vidrio, no intentaste rebelarte, sólo mirabas por ese pequeño espacio y ahora que conociste el mundo reconoces lo grande que es.
Ahora frente a ella miras por última vez ese paisaje. Ese pedazo de cielo ya no te pertenece y lo que es más, ya no quieres que te pertenezca; hastiada estas y ya no te interesa más.

Sabes bien que no volverás a encadenar tu mirada a un ventanal; tus ojos aprendieron a ver la magnitud del horizonte y nunca querrán ser prisioneros otra vez de una minúscula claraboya que creía que jamás te levantarías de esa silla para ser libre.

Te has levantado y por ni un minuto lo piensas, tan sólo te separas de esa ventana y te diriges a la salida; respiras hondo y lloras de alegría al sentir toda la luz que choca por entrar en tus ojos y vuelves a ver con ellos.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

La guerra sucia, contra las mujeres


Por Rosalva Aída Hernández Castillo.- Los primeros meses de gobierno del presidente Felipe Calderón se caracterizan por la militarización de las principales regiones indígenas del país y la continuidad de una política de penalización de los movimientos sociales que, en nombre de la "paz social", pretende justificar la violencia de Estado y la represión. La modificación al Código Penal Federal, aprobada el 26 de abril del 2007, para "castigar el terrorismo" y fijar penas más severas para quienes amenacen la tranquilidad de la población "por cualquier medio violento", es denunciada como una estrategia más para criminalizar a los movimientos sociales.

El llamado "multiculturalismo neoliberal" que caracterizó el gobierno de Vicente Fox --mediante la apropiación y trivialización de las demandas de los pueblos indígenas-- es sustituido ahora por un neo-conservadurismo que trata como delincuentes a los indígenas organizados y sustituye la retórica en torno al reconocimiento cultural, por un discurso desarrollista contra la pobreza. (El Estado y los indígenas en tiempos del pan. Neoindigenismo, legalidad e Identidad, Rosalva Aída Hernández, Sarela Paz y Teresa Sierra, coordinadoras, ciesas-Porrúa, México 2005.)

En este nuevo contexto, las mujeres indígenas sufren de manera específica las consecuencias de la militarización del país, al crearse un clima de inseguridad e intimidación, sobre todo en las regiones donde existen antecedentes de organización indígena y campesina. La denuncia de la violación de una anciana nahua de 73 años, Ernestina Ascención Rosario, por parte de cuatro efectivos del Ejército en la Sierra de Zongolica en Veracruz, el pasado 25 de febrero, pone en evidencia el rechazo de la población indígena ante la presencia del ejército en sus comunidades. El debate nacional que este incidente provocó ha convertido al cuerpo de Ernestina en una arena de pugnas políticas entre el gobierno federal, estatal y municipal, donde la justicia parecería ser la última prioridad de funcionarios y gobernantes.

Este caso no es algo aislado. Según informes de Amnistía Internacional, desde 1994 a la fecha se han documentado 60 agresiones sexuales contra mujeres indígenas y campesinas por parte de integrantes de las Fuerzas Armadas, sobre todo en Guerrero, Chiapas y Oaxaca (estados donde hay una gran efervescencia organizativa).

Lo paradigmático del caso es que, una vez más, pone en evidencia el racismo y el sexismo de los grupos de poder y la red de complicidades que posibilita y perpetúa la impunidad en México. Pese a que Ernestina Ascención denunció a sus violadores antes de morir y quince personas --familiares, autoridades comunitarias y médicos legistas--, escucharon su denuncia y dieron fe de los estragos que la violación tumultuaria dejó en el cuerpo de la anciana, el presidente Felipe Calderón negó la veracidad de la denuncia sin tener ningún informe médico o legista que fundamentara su versión de "muerte por gastritis". Como en los viejos tiempos de las monarquías, la palabra del "Supremo" fue suficiente para desmentir el certificado de defunción, las necropsias firmadas por tres médicos legistas, el dictamen del procurador estatal de Justicia de Veracruz y el propio testimonio de la víctima. La Comisión Nacional de Derechos Humanos y el Instituto Nacional de las Mujeres, instancias creadas supuestamente para defender los derechos de los ciudadanos, hicieron eco de la versión oficial. Rocío García Gaytán, presidenta de Inmujeres, descalificó las últimas palabras de Ernestina, ya que fueron expresadas en náhuatl y la mujer estaba moribunda (¡?). Después de un amplio debate nacional sobre el caso, todas las pruebas de la violación parecen haberse esfumado junto con la familia de la víctima.

La misma impunidad y el mismo racismo, encontraron las hermanas Méndez Sántiz, tres mujeres tzeltales violadas en un retén militar en Altamirano, Chiapas, en marzo de 1994; Delfina Flores Aguilar y Aurelia Méndez Ramírez, tlapanecas, de Zopilotepec, Atlixtac de Álvarez, Guerrero, quienes fueron violadas por cinco soldados el 3 de diciembre de 1997; las 12 mujeres indígenas de la zona de Loxichas, Oaxaca, violadas por efectivos del ejército mexicano en 1997; las mujeres nahuas Victoriana Vázquez Sánchez y Francisca Santos Pablo, de Tlacoachixtlahuaca, Guerrero, interceptadas y violadas por militares en casas abandonadas en abril de 1999; Valentina Rosendo Cantú agredida sexualmente por ocho soldados del 41 Batallón de Infantería, en Barranca Bejuco, Acatepec, Guerrero, en febrero del 2002; Inés Fernández Ortega, violada en su casa por 11 soldados el 22 de marzo de 2002, en Barranca Tecuani, Ayutla de los Libres, Guerrero; las 23 mujeres agredidas sexualmente en Atenco por fuerzas de seguridad en mayo del 2006; las trece mujeres de Castaños, Coahuila que el 11 de julio de 2006 fueron víctimas de una violación tumultuaria por parte de 20 soldados. Más que de casos aislados cometidos por enfermos mentales, estas cifras y estos nombres dan cuenta de una política de intimidación que utiliza la violencia sexual como arma de desmovilización política.

Los cuerpos de las mujeres indígenas se han convertido en campo de batalla para un gobierno patriarcal que desarrolla una guerra no declarada contra el movimiento indígena. Como lo plantea Maylei Blackwell, la violación es una colonización íntima que degrada la sexualidad de las mujeres indígenas. Si en el pasado sus cuerpos fueron la materia prima para forjar la nación mestiza, ahora son el espacio de disputa para darle continuidad a un proyecto neocolonial.

En esta lucha por la autodeterminación y el autogobierno de los pueblos indígenas y campesinos, las mujeres mantienen una importante participación. Las fotos de las mujeres zapatistas enfrentando al ejército han dado la vuelta al mundo. En la coyuntura actual oaxaqueña, las mujeres fueron las encargadas de tomar la radio universitaria y durante tres meses fueron voces femeninas las que diariamente transmitieron desde Radio Caserola las demandas de destitución del gobierno de Ulises Ruiz y los llamados a mantener la resistencia.

La participación de las mujeres en el movimiento zapatista y en movimientos como los de Atenco y Oaxaca, han venido a trastocar los roles de género al interior de las comunidades, y a confrontar las políticas excluyentes del Estado mexicano. No es casual entonces que ante el "peligro desestabilizador" los poderes locales y nacionales centren su violencia en las mujeres. El nuevo colonialismo del gobierno mexicano se está valiendo de la violencia sexual para sembrar el terror e intimidar a las mujeres organizadas.

Análisis de género en otras regiones militarizadas como el de Davida Wood en Palestina o Dette Denich en Sarajevo, señalan que en contextos de conflicto político militar la sexualidad femenina tiende a convertirse en un espacio simbólico de lucha política y la violación sexual se instrumenta como forma de demostrar poder y dominación sobre el enemigo. Chiapas, Atenco, Guerrero y ahora Oaxaca no son una excepción: la militarización y la paramilitarización afectan de manera específica a las mujeres en esta guerra sucia no declarada. Desde una ideología patriarcal, que sigue considerando a las mujeres como objetos sexuales y como depositarias del honor familiar, la violación, la tortura sexual y las mutilaciones corporales son un ataque a todos los hombres del grupo enemigo. Al igual que los soldados serbios, las fuerzas represivas del Estado mexicano "se apropian de los cuerpos de las mujeres simultáneamente como objetos de violencia sexual y como símbolos en una lucha contra sus enemigos hombres, reproduciendo esquemas de los patriarcados tradicionales, en los que la ineficacia de los hombres para proteger a sus mujeres, controlar su sexualidad y sus capacidades reproductivas, era considerada como un símbolo de debilidad del enemigo" (Dette Denich, en el libro colectivo Feminism, Nationalism and Militarism, 1995).

Todos estos casos de violación sexual por parte de militares o fuerzas de seguridad, que parecen sacados de un expediente sobre la represión en Guatemala, han sucedido en el México de la "transición democrática", mientras el gobierno mexicano firma varios convenios internacionales contra la violencia hacia las mujeres. Estos compromisos han sido letra muerta y no han limitado ni frenado a las fuerzas represivas del Estado. Esta política de "dos caras" caracteriza al gobierno de Felipe Calderón, pues por un lado el Congreso aprobó en febrero pasado una de las leyes contra la violencia hacia las mujeres más avanzada de América Latina, tipificando el delito de feminicidio, a la vez que mujeres activistas de Atenco y Oaxaca siguen encarceladas y las violaciones sexuales cometidas durante los operativos policiacos y militares siguen sin castigarse.

La apropiación e institucionalización de los discursos en torno a la equidad de género por parte del Estado mexicano, despojándolos de su radicalidad crítica nos lleva a pensar en la necesidad de reivindicar la denuncia del colonialismo como parte de la crítica feminista. Urge construir alianzas entre el movimiento feminista y el movimiento indígena para denunciar y desarticular las estrategias neocoloniales que usan la violencia sexual como herramienta contrainsurgente. La libertad de los y las presas políticas debe de ser una demanda urgente de las organizaciones feministas, pues la integridad física de quienes denunciaron la violencia sexual estará en peligro mientras continúen presas. Durante el conflicto magisterial en Oaxaca, 153 mujeres han pasado por las cárceles y muchas de ellas han sido víctimas de violencia física y psicológica. Trece mujeres participantes en el movimiento continúan desaparecidas y 64 activistas siguen presos. En el caso de Atenco, 29 activistas siguen en la cárcel, entre ellos cinco mujeres.

En el contexto político actual, recuperar la radicalidad de la crítica feminista resulta fundamental ante una política de Estado que utiliza los cuerpos de las mujeres indígenas y campesinas como campo de batalla de una nueva guerra sucia que en estos momentos específicos se libra en distintas regiones de México.

Aída Hernández es investigadora de CIESAS y coordinadora del Seminario Género y Etnicidad

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