Por Marina Cecilia Kohon
Por un túnel
el deseo de cristales suspendidos
fluye entre las sombras como
una serpiente emplumada
que cruza dimensiones,
doblegando al tiempo y la distancia
es un Quetzálcoatl
que reinventa códices entre sus dedos
corre los velos
en las oscuridades
para con su boca
profanar la tersura
de la piel que anhela
que supo a escarcha
que le duele-
Al acecho,
el cuerpo ondulante huele a desmesura
subyuga las humedades
del rito
una y otra vez
con la fuerza
de la pasión encadenada
saciando al espíritu y al vientre.
El espacio se aquieta,
al alba
el dios y sus plumas
se disuelven,
junto con la mitad secreta del mundo
-en los recodos del aire-
justo antes que Ella
despierte de su sueño.
http://poemasenlabahiasalitrosa.blogspot.com/
.
.
Por un túnel
el deseo de cristales suspendidos
fluye entre las sombras como
una serpiente emplumada
que cruza dimensiones,
doblegando al tiempo y la distancia
es un Quetzálcoatl
que reinventa códices entre sus dedos
corre los velos
en las oscuridades
para con su boca
profanar la tersura
de la piel que anhela
que supo a escarcha
que le duele-
Al acecho,
el cuerpo ondulante huele a desmesura
subyuga las humedades
del rito
una y otra vez
con la fuerza
de la pasión encadenada
saciando al espíritu y al vientre.
El espacio se aquieta,
al alba
el dios y sus plumas
se disuelven,
junto con la mitad secreta del mundo
-en los recodos del aire-
justo antes que Ella
despierte de su sueño.
http://poemasenlabahiasalitrosa.blogspot.com/
.
.
2 comentarios:
Gracias Haideé por traerme hasta tu lugar de letras valientes.
Un fuerte abrazo, seguimos en contacto.
Gracias a ti Cecilia por confiar en mí y regalarme este pedazo de cielo que es tu autoria.
Recibe también un fuerte abrazo acompañado de un beso cálido en la mejilla.
Publicar un comentario