martes, 10 de junio de 2008

El mundo de las mujeres


Sinopsis

Las mujeres –como demuestra el trabajo de campo del que proviene el análisis, y que contempla los debates más actuales- habita un universo coherente de representaciones y de prácticas que se muestra profundamente distinto del de los hombres, porque se orienta hacia la creación de sí y a la recomposición de la sociedad. Los hombres, en cambio, conquistaron el mundo concentrando los recursos en manos de unos pocos y reduciendo a trabajadores, colonizados, mujeres y niños a exponentes de la inferioridad. el mundo de las mujeres, recoge las reflexiones del sociólogo francés Alain Touraine sobre la construcción sociológica del sujeto femenino. Después de un exhaustivo trabajo de investigación (más de 60 entrevistas), touraine sitúa en el centro de su investigación a las mujeres: las nuevas protagonistas del siglo XXI; y resuelve cómo, en la lucha para definirse e ubicarse en el universo masculino, las mujeres han dejado a tras los referentes masculinos para construirse identidades propias. Gandhi.com.mx

Reseña

La conquista de la subjetividad
Por Eve Gil
Fuente: Gloria Careaga


Alain Touraine,

El mundo de las mujeres,

Paidós Estado y Sociedad, 149,

Barcelona, 2007, 236 pp.

Alain Touraine no lo dice explícitamente en su libro, que el feminismo es el único “ismo” que no ha traicionado al sector que representa, la mujer en este caso. No obstante, ésa sería una conclusión legítima de su extraordinario libro El mundo de las mujeres.

6-Junio-08

Las francesas, como las mexicanas y las latinoamericanas en general, se niegan a reconocerse “feministas”. Sus motivos, sin embargo, son muy distintos. Aquéllas saben exactamente de qué reniegan: de los “ismos” que registran una connotación política. No es, pues, el feminismo lo que rechazan sino la carga política que acompaña al término. Lo que las latinoamericanas rechazan es el estereotipo de feminismo que los hombres suelen representar como mujeres necias, lesbianas por lo general, y furtivas odiadoras de los hombres.Alain Touraine no lo dice explícitamente en su libro, que el feminismo es el único “ismo” que no ha traicionado al sector que representa, la mujer en este caso. No obstante, ésa sería una conclusión legítima de su extraordinario libro El mundo de las mujeres.

Después de Bourdieu y Lipovetsky, no deja de llamar la atención que un varón se ocupe de la mujer en tanto sujeto histórico y político, ya no tanto como ser biológico. Touraine, filósofo francés, va todavía más allá: tras leer todo cuanto había qué leer para familiarizarse con la situación de las mujeres en su país, se aplicó a reunir un heterogéneo grupo de féminas dediversas condiciones, religiones y niveles socioeconómicos, heterosexuales y lesbianas, para comprobar hasta qué punto sus lecturas críticas se aproximaban a la realidad de las francesas. El resultado no pudo ser más sorprendente: “Nada me había preparado para percibir tanta fuerza y originalidad en el pensamiento posfeminista; ningún libro influyente lo había mencionado (…)” (p. 185).

No se trata, sin embargo, de una cauda de testimonios, sino de una serie de ensayos que tienen su punto de partida en la conclusión de los mismos, contrastándolo con el discurso de importantes estudio-sos( as) en cuestión de “género” (Touraine muestra la renuencia a emplear el término “género” para referirse al sexo femenino, cosa que algunos(as) compartimos) , entre otros, Judith Butler, Georges Bataille, Teresa De Lauretis, Michel Foucault, Sigmund Freud, Luce Irigay, Julia Kristeva, Fatema Mernissi, Martha Nussbaum, la muy radical Monique Wittig y los propios Bordieu y Lipovetsky y, por supuesto, Simone de Beauvoir.

A propósito de esta última, Touraine hace hincapié en la poca influencia que su pensamiento ejerce en las jóvenes no obstante haber sido pionera en abordar la problemática político/sexual de las mujeres, y es que las francesas actuales distan de estar tan politizadas como las británicas, las holandesas o las estadounidenses. Touraine no aterriza respecto a la probable negatividad que encierra esta postura de desconocimiento, antes bien, llega a una conclusión que no por optimista debemos dejar de atender: una importante porción de las entrevistadas —en su mayoría francesas de nacimiento y laicas— reclaman su derecho a la diferencia, esto es, a no acatar estereotipos de feminidad y/o tener que actuar como se supone que actúan los hombres, no importando su orientación sexual —Touraine puntualiza al respecto: no todas las lesbianas corresponden al arquetipo butch—: erigir pues, una identidad al margen de las imposiciones sociales y arcaicas. Ése, me atrevo a conjeturar, podría ser el nuevo feminismo:

Subrayar la diferencia antes que la igualdad. A esto, Touraine lo denomina “conquista de la subjetividad” , término que resume de manera espléndida la actual lucha de las mujeres “posfeministas” . ¿Significa que estas mujeres, al sentirse bien consigo mismas y vencer ancestrales miedos y pudores, representan la consagración de ideal que por tantos años persiguieron las feministas, esto es, ser plenamente reconocidas como seres humanos,ciudadanos e independientes? Puede ser. No debe extrañarnos, sin embargo, que hayan asimilado mejor que nadie la máxima de aquella de quien, asegura Touraine, ya no opera en ellas la misma fascinación que en sus abuelas o madres: “La mujer no nace: se hace”.

Otra cosa que maravilló a Touraine fue percibir que sus sujetas de estudio no se percibían como “víctimas”… ¡ni siquiera las musulmanas! Éstas, por cierto, ameritan capítulo aparte pues, independientemente de compartir con las otras su renuencia a la victimización, asimilan su identidad de una manera distinta. El que no se consideren víctimas no significa, en lo absoluto, que las musulmanas, inmigrantes argelinas en su mayoría, no estén conscientes de las injusticias de los hombres de su círculo, simplemente han aprendido a ser, Touraine dixit, dos mujeres a la vez: buenas ciudadanas francesas y buenas chicas musulmanas. En su mayoría, estas mujeres conservan la virginidad hasta el matrimonio por convicción más que por imposición, por ejemplo.

Casi en su totalidad, estas mujeres están conscientes de que la publicidad se ha encargado de mutilar una parte esencial de su persona: su sexualidad.

Lo que se muestra en los anuncios no es a una mujer, es decir, un ser sexuado, sino a un objeto vuelto sexo, por lo que no se identifican en lo absoluto con estos mensajes pensados ex profeso para seducir hombres. Esto, concluye Touraine, tiene que ver con el hecho de que estas mujeres han forjado una identidad a través del pleno dominio de su sexualidad: “(…) larepresentación de cuerpos sexuados, pero privados de sexualidad. Es una idea especialmente aplicable en el caso de la pornografía, que podemos definir como la representació n de actos sexuales sin referencia ninguna a la sexualidad no por lo tanto, a la personalidad. Hay una destrucción de la persona y, en mayor medida, del sujeto al que se accede expresamente através de la sexualidad (…)” (p. 120).

De apasionante lectura que generará más de una discrepancia, pero también más de un enérgico asentimiento, El mundo de las mujeres se vuelve de indispensable lectura para tomarle el pulso a la situación actual de un importante sector de la sociedad, pues realiza una evaluación, unas veces despiadada, otras esperanzadora, respecto a los progresos de las mujeres en los ámbitos social, político, cultural y económico.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

a ver...pérame....eso de la no victimización es respecto a la mujeres francesas ( las del estudio )??? Es que, como decía mi mamá...pos ya no entendí...ni las musulmanas se perciben asi?? achís¡ achís ¡¡ eso si no lo sabía. Es mi idea pero ...no pasa eso con las latinas, verdad ? la victimización en muchos casos es hasta una forma de vida.
No te digo.... tengo pa ´empezar que releer esto y pa´seguir , tengo que quitarme toneladas de ignorancia.
Gracias otra vez.
(Lee mi comentario de abajo , va ? )
Cris

Haideé Mata dijo...

En cuanto a la victimización la reseña hace hincapié en las mujeres de su estudio; entiendo que se refiere a las mujeres que entrevistó.

Claro que toda muestra que se toma intenta reflejar un universo más amplio.

El libro lo tengo, lo estoy leyendo, ya cuando lo termine hablaré sobre mis impresiones del mismo.

Saludos Cris

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