Por María:
Llegó al banco y la veo salir, sentí que mis piernas se doblaban, traté de guardar la compostura, me vió y se acercó, saludos vinieron, saludos fueron, un intercambio de preguntas.
- ¿cómo has estado? -bien gracias y ¿tú? - todo bien, ya sabes, en el estudio con las pinturas, por cierto, he hecho algunas nuevas que me gustaría mostrarte, ¿tienes tiempo? -¿Ahorita? -Sí, no tardaremos mucho.
Mire por unos instantes esos ojos color miel que siempre han sido mi perdición y no pude negarme.
-ok, espérame, solo hago estos pagos.
Nos subimos a su auto y nos dirigimos a su estudio, llegamos y fue a la cocina, destapo una botella de vino, me sirvió una copa y puso su estéreo.
Entramos a su estudio y empecé a ver las pinturas mientras ella estaba sentada en el sofá observándome, la última pintura era una mujer desnuda, la estaba admirando cuando de repente sentí su cuerpo detrás del mío, sus senos en mi espalda Pasó su brazo sobre mi abdomen acercándome a su cuerpo, y un susurro en mi oreja diciéndome, te he extrañado.
Yo voltee rápidamente diciendo
- No. No.
Esos no que rápidamente fueron acallados con sus labios, y su mano recorriéndome la espalda levantándome el vestido hasta colocar sus dedos donde sabía perfectamente me tenía a su merced. No pude decir más, esas sabanas satinadas fueron testigo de la pasión que solo ella me hacía sentir.
Dos años juntas, de esa seducción y pasión envueltas en amor.
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Sentía una mirada, pero por lo oscuro del salón no podía ver quien era. Solo alcanzaba a ver una silueta cada que se llevaba su cigarrillo a la boca y ver las figuras que se formaban con el humo.
Empezaron a tocar una melodía y varias parejas se levantaron a bailar, era una canción muy suave. De repente vi como alguien se acercaba a mi mesa y amablemente me dijo ¿Balamos? Mostrándome su mano para que la tomara.
La miré por unos instantes y al fin pude saber de quién era esa mirada. Sus ojos, Su sonrisa, Su mano. No sé qué me hizo aceptar esa invitación. Tome su mano y nos dirijamos a la pista, me tomó suavemente por la cintura y empezamos a bailar al ritmo suave de la melodía.
Sin más ni más acerco mi cuerpo al suyo. El calor de su cuerpo me hablaba de sensaciones encontradas y de preguntas ahogadas. ¿Que estoy haciendo bailando con una perfecta extraña? ¿Por qué acepte? ¿Quién eres? ¿Qué eres? Pero su voz suave en mi oído pudo más que mis razonamientos. -Y si te dijera que me gustas, ¿qué dirías?
Mis ojos con mil interrogantes mirando a los suyos provocaron una sonrisa en sus labios. Seguimos bailando y por un momento me sentí tan suya y ella tan mía. Se terminó la melodía y me llevo a mi lugar dándome las gracias. Fue a su mesa se sentó, llamó a la mesera, pagó la cuenta y la vi irse caminando hacia la puerta.
Y yo con mil preguntas veía como se alejaba ¿Quién eras? ¿Que eras? ¿Por qué entrabas así en mi vida y te ibas así? Corrí hacia la puerta y le grite ¡Oye espera! Volteaste y…..
P.D.Por cierto la melodía se llama Strangers In the Night. Yo escribo dizque cuentos pero a veces me gusta que alguien más los termine, usando su imaginación. Haidee si lo ves apropiado publicarlo, referente a la seducción.
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